sábado, 28 de mayo de 2011

Pelotas de tenis y anos de gato: una mirada crítica al pensamiento de Sigmund Freud










Hoy me dio mucha risa imaginarme la historia de un niño al que sus papás le prohiben tener un gato.Sus papás juegan tenis y el niño mete un gato a la casa a escondidas. Justo cuando el papá se está preguntando donde está su pelota firmada por andré agassi, entra corriendo el gato desconocido sin voltearlo a ver. Se detiene un momento en el piso de la cocina y sale disparada de su anito la pelotota de tenis a una distancia considerable. El gato sale de la habitación moviendo sus patitas muy rápido. Ahí es dónde le dicen “Timmy, prohibido tener gatos”. Esa es la imagen mental que me dio risa, que al gato le saliera una cosa grande de su culo chiquito. Se me ocurrió que es una historia muy freudiana y le agradecería a todo discípulo de ése señor que se abstuviera de hablar sobre mi etapa anal. Gracias.



Ese Freud era todo un troll, ¿sabían?. Estoy leyendo sobre el caso de un niño que le tenía miedo a los caballos. En el libro original se llama Hans pero en mi libro le pusieron Juanito, así como Immanuel Kant lo traducen como Manuel Kant. Bueno, el chiste es que el niño le tiene miedo a los caballos porque vio como se caía uno que iba jalando un carruaje. En algún lado leí que los niños tienen dos temores innatos, a las alturas (el caballo cayéndose) y a los ruidos fuertes y repentinos (al caer y al patalear el caballo en el suelo).







¡Oh, pero no, Freud tenía que construir un subtexto sexoso!. En una ocasión el niño estaba jugando con un caballito de plástico y al hablar su papá se le cayó, entonces crearon una conexión entre caballos y padre. Después le preguntaron sobre cuales caballos le daban más miedo y él dijo que los que tenían cosas negras en los ojos y alrededor de la boca, o sea el bozal y las lentillas del que vio caerse, pero lo relacionaron con el bigote y los lentes de su papá. Cuando el niño les decía que le daba miedo que los caballos lo mordieran, pues al caer el caballo lanzó mordidas, le dijeron que en realidad tenía miedo de que un pene lo mordiera. Así, literalmente. Fue una investigación en la que de poco, construyeron muchísimo, por ejemplo Freud dice que él tuvo la suerte de hablar con el niño... en una ocasión. El resto se basó en observaciones del padre, seguidor de Freud que se le pasaba hablándole al niño de conceptos freudianos y asegurándole que sentía un odio inconsciente hacia él. Al principio el niño lo negó, pero después dijo que sí. Algo así imagino:






Papá: Hijo, ¿experimentas un profundo sentimiento de enojo hacia mí, no es cierto?
Niño: No
Papá: ¿Estás seguro?
Niño: Seguro papá
Papá: ¿No quisieras que estuviera muerto para que pudieras así compartir el lecho con tu madre?
Niño: No
Papá: Hijo, sé que te sientes intimidado por el enorme tamaño de mi pene, pero yo te quiero mucho y también mamá, entonces no hay razón para...
Niño: Me caes bien
Papá: Hijo, ¿me odias?
Niño: No
Papá: Hijo, ¿me odias?
Niño: No
Papá: Hijo, ¿me odias?
Niño: ¿Sabes qué, papá?. Un poco...




Escuché sobre otro caso de un tipo que soño con lobos blancos que lo veían desde una ventana abierta. Freud dijo que lo había soñado porque vio los calzones de sus papás tirados en el suelo mientras sostenían relaciones sexuales. También sobre una chica que tenía secuelas de sífilis por culpa de su pápa, entonces hablaba en jadeos y arrastraba un pie. Freud le dijo que lo primero era porque había escuchado a sus padres sosteniendo relaciones sexuales y lo segundo por algo relacionado con su miedo a dar un "mal paso". Todas estas personas recayeron a pesar del veredicto de Freud de que estaban curados.



Y está el caso de Emma Eckstein a la que le curaron depresión y cólicos con una operación quirúrgica que según un otorrinolaringólogo amigo de Freud -quien pensaba que la nariz y los genitales tenían que ver- curaría su depresión. La operación consistía en anestesiar el interior de la nariz con cocaína -la cual Freud consumía- y cauterizarlo. Le dejaron olvidado un pedazo de gasa, sufrio de sangrado, infecciones y quedó permanentemente desfigurada. Mejor hubieran dejado que se siguiera curando la depresión masturbándose, en lugar de decirle que lo hacía en exceso.



Creo que Freud le da mucha importancia a lo que pasa en la infancia de las personas. No digo que no sea importante, pero ¿qué tiene más peso sobre tu comportamiento, cómo te enseñaron a hacer popó tus papás o que tus maestros tu novia y tu jefe te traten como popó?. Además, está ése asunto de que si crees en todo lo que dijo Freud está chido, pero si no es resistencia -infalsabilidad del psicoanálisis- y lo haces porque no quieres aceptar tus deseos reprimidos. Ja ja ja: las ondas incestuosas, la cocaína, los crímenes... ¡Freud era Tony Montana!

Sigan sonriendo!

Payasito

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