- Un tipo de cabello largo y gris, con una gabardina vieja de piel y un pantalón verde con dibujo de rayas está gritando euforico al pie de mi edificio. A sus pies está un hombre de traje y maletín desmayado en el suelo con manchas de sangre en su camisa blanca. En mi sueño la entrada a mi edificio es tambien una calle con tráfico automotriz. Una combi blanca con manchas de óxido y faros de un amarillo venenoso pasa encima del hombre caído. Otras personas bajan de la combi, también algunas mujeres. Todos llevan por lo menos una pieza de ropa colorida. Entonces un policía llega, pero no es un policía cómo los que conocemos sino que usa camisa blanca y corbata y gorra de policía negras. Tiene bigote y se ve muy aseado. Confronta al hombre gritón. Éste hombre de pelo y barba largos y canosos se sube encima del hombre caído de maletín y corbata y lo utiliza cómo vehículo. Yo busco mi cámara fotográfica digital y tomo fotos del hombre en su trineo humano, que se mueve cómo jalado por hilos invisibles de un lado a otro de manera parecida a un globo desinflándose. Voy a otras ventanas de mi departamento para tratar de tomar mejores fotos sin que me importe que me vean. Finalmente voy hacia la ventana que da al estacionamiento y trato de ocultarme entre las cortinas mientras tomo mis fotos. Veo al hombre gritón y a las personas que bajaron de la combi todos metidos ridiculamente en un Volkswagen anaranjado. Ahora el hombre es afroamericano y calvo cómo Samuel L. Jackson y se señala un ojo amenazadoramente para que sepa que me ve. Al principio me siento amedrentado, pero entonces yo me señalo ambos ojos y lo reto diciéndole que lo veo también
-Es de día y estoy en lo alto de un peñasco que ve hacia un bosque/selva abandonado por la gente. Llegué explorando ahí y me encontré con una casa vieja hecha de madera. En ella vive un agradable y arquetípico anciano con overol. Me parece raro que ese hombre viva solo ahí con su familia y le pregunto cómo gana dinero. Me dirige hacia la entrada techada de su casa. Nunca sueño con volar ni con caerme, pero ahí veo una una vieja silla de hierro pintada o mas bien despintada de blanco junto a un mecanismo que recibe monedas, cómo en los juegos para niños que hay afuera de las farmacias. Deposito dinero y la silla me lleva por rieles cómo de montaña rusa que viajan a través del bosque/selva y también sobre él. Veo animales y plantas raros con ojos y organos brillando anaranjados y violetas en la obscuridad de la maleza, subo y veo el cielo, siento el calor del sol y el aire en mi cara. No me gusta el sol en la vida real, pero todo me parece muy agradable y me vuelvo a subir dos veces más. Me parece lógico, dentro del sueño, que he descubierto cómo se hacen esas tomas aéreas que salen en la tele para atraer el turismo a ciertos estados.
- Estoy en una sala de cine y voy con mi mamá cómo si fuera un niño pequeño pero tengo mi edad. Pasamos por las marquesinas y quiero meter un bastón para volante, de los que le ponen a los coches para que no se los roben, pero en mi mente es el equivalente a un rifle, y al parecer estoy tratando de probar la seguridad de la sala de cine. Todas las personas que entran son cateadas. Pienso en meterlo en mi abrigo, pero me parece que es muy sospechoso y, cómo suele suceder en los sueños, el problema se resuelve de manera mágica y resulta que el bastón tiene una cortina de lona adherida. Eso me parece menos sospechoso, y lo enredo con ella. Pienso en que si me preguntan que es puedo decir que es un póster vergonzoso y por eso no se los puedo mostrar. Me felicito por mi inteligencia, nadie nota nada raro y estoy feliz de que me dejen entrar con mi “rifle”. Es una película sobre gente que tiene levitas de diferentes colores, azules verdes y rojas, y todos los personajes están hechos de plastilina, cómo en esto. Apagan las luces pero la sala, que es mas cómo un auditorio, queda a media luz y puedo ver a la gente en los demás asientos. Mi mama me empieza a hablar en voz alta y yo le respondo igual. Ambos estamos felices. La gente nos calla molesta con shhhhs. Yo callo sus shhhs con mis propios shhhhs. Mi mamá me manda por palomitas al lobby. Paso por los espacios entre las butacas que son sorprendentemente amplios y molesto a la gente. En mi camino al lobby me acerco a un hueco con un cuadro blanco y brillante y me asomo a la sala de proyección, dónde están vendiendo las palomitas. Las empleadas de gorra azul y lápiz labial que las despachan me ven hacia arriba asustadas y desconcertadas. Me doy cuenta de que estoy molestando a la gente al bloquear la proyección y desisto de mi misión, avergonzado. Mientras vuelvo a mi lugar en la sala, me encuentro en la obscuridad con un guey que sé que es mi amigo pero que en realidad nunca he visto en la vida real. El guey también va con su mamá, ambos usan pantalones morados y mi amigo tiene lagrimas pequeñas de ese color pintadas debajo de cada ojo. Me siento entre el y su mamá. Me regañan por molestar a la sala tratando de mostrarse desenfadados, pero veo la burla brillando en sus miradas. Yo le toco la rodilla a mi amigo en un gesto amistoso y sonrío pero estoy muy incómodo. Despierto agitado
Perdón por no haber tratado de ser chistoso en ésta entrada. En disculpa les proporciono esto, que es lo único que tengo remotamente chistoso en éste momento:
Sigan sonriendo!
Payasito
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5 comentarios:
Chinga a su madre el que diga que el último sueño no es un sueño y que es lo que hago todos los viernes
tu sueño esta bien chido
¿Sueño? ¿De que rayos hablas? Eso es lo que hago.. ah ya. Sí sí claro. Gracias, sí, muy chido
Payasito
que mal pedo con raya eh, se ve su correo electrónico, nadie sabe qué clase de enfermos lee tu blog y lo vaya a agregar...
Ja ja ja ja... aaaah eres ricardo, verdad? Eh? eres el richo? ¿Tú, el del correo reichardo15_12@hotmail.com?
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